La Solemnidad de la Anunciación explicada en seis datos esenciales
Cada 25 de marzo la Iglesia Católica celebra la Solemnidad de la Anunciación del Señor, que recuerda la aparición del arcángel Gabriel a la Virgen María para explicarle que Dios la había elegido para concebir a su Hijo del Espíritu Santo y pedir su aceptación.
Para profundizar en el significado de este misterio de la fe ofrecemos seis datos esenciales que todo católico debe conocer.
1. ¿Cuál es el significado de la palabra “Anunciación”?
La palabra proviene de la misma raíz que el verbo “anunciar”. En la antigüedad se utilizaba como sinónimo de anuncio. En la tradición católica, la Anunciación de Jesús se refiere al momento en que el arcángel Gabriel le da la noticia a la Virgen María del próximo nacimiento del Hijo de Dios si Ella le da su consentimiento.
Aunque estamos más familiarizados con la aplicación de este término al anuncio del nacimiento de Jesús, también se usa en otras premoniciones parecidas que se recogen en las Sagradas Escrituras. Así por ejemplo, en su libro sobre “La infancia de Jesús”, el Papa Benedicto XVI habla de “la anunciación del nacimiento de Juan”, que también fue predicho con antelación.
2. ¿Cuándo se celebra la Solemnidad de la Anunciación?
El 25 de marzo, nueve meses antes de la Navidad, el 25 de diciembre, es el día en el que se suele celebrar la Solemnidad de la Anunciación. Sin embargo, debido a que la Cuaresma, la Semana Santa y la Pascua de Resurrección cambian de fecha cada año, en ocasiones coinciden y la Anunciación es trasladada por ser de menor rango litúrgico.
Según el Misal Romano: “Cada vez que se produce esta solemnidad durante la Semana Santa, se transfiere al lunes siguiente al segundo domingo de Pascua”. Si el 25 de marzo coincide con un domingo de Cuaresma, se traslada al lunes siguiente.
3. ¿Por qué esta historia es paralela al nacimiento de Juan Bautista?
Tanto la concepción milagrosa de San Juan Bautista como la de Jesús vienen precedidas por el anuncio del arcángel Grabriel. En un caso a Zacarías; en el otro, a María, desposada con José.
En ambos relatos el arcángel hace saber que los niños que nacerán tienen un lugar preeminente en el plan de salvación de Dios. La reacción de los interlocutores es parecida, pero no igual. Mientras Zacarias pide conocer si sucederá lo anunciado, María pregunta cómo va a suceder.
4. ¿Por qué la reacción de María es diferente a la de Zacarías?
Podria pensarse que la reacicón de la Virgen María y la de Zacarías son la misma. Sin embargo, hay una diferencia sustancial entre ambas.
La actitud de Zacarías es escéptica, mientras que la Virgen no duda. Tan sólo aspira a comprender en su corazón la obra que Dios va a realizar en su seno.
5. ¿Cómo responde el arcángel Gabriel a la pregunta de María?
Gabriel le dice: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios”.
Aquí el ángel indica la participación de las tres Personas de la Santísima Trinidad: a través de la acción del Espíritu Santo, el Padre hace que el Hijo sea concebido en forma humana. No habrá ningún padre humano, dejando claro que el Niño va a ser el Hijo de Dios.
Como un ejemplo más del poder del Señor, el ángel acota que Isabel, aunque anciana y aparentemente estéril, ha concebido milagrosamente un hijo y está en el sexto mes de embarazo. “Para Dios no hay nada imposible”.
6. ¿Por qué el “Sí” de María es importante?
La aceptación de María de este papel es trascendental, porque Ella será la Madre del Hijo de Dios.
A pesar de los sufrimientos, en sus diversas formas, Ella se colocó por completo al servicio de la voluntad de Dios convirtiéndose en protectora del Niño que un día nacería y salvaría con amor al mundo.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en el National Catholic Register.